Por Anónimo: Denuncia EL CARTEL DE LOS VENTEROS AMBULANTES

Los vendedores ambulantes son considerados por las administraciones municipales como una problemática que afecta el espacio público, los gobernantes se olvidan que ellos tienen también un papel en la construcción de ciudad y son la solución a muchas de las falencias de las políticas públicas impuestas por las diferentes  instituciones del Estado.

Esta situación jurídico política, adquiere una mayor relevancia cuando se analizan y se comparan los índices de desempleo en las ciudades, su afectación en la vida cotidiana, en la economía, la seguridad y la convivencia ciudadana de todos nosotros los colombianos.

El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) determino que en el país en el año 2017 la tasa de desempleo fue de 9,3%, pero la situación de la ciudad de Medellín en la administración de Federico Gutiérrez refleja un panorama más angustioso, pues, para el año 2016 la tasa de desempleo era de dos dígitos negativos alcanzando la cifra de 10.3, comprada para el año 2017 la cifra subió casi un digito más, es decir, 11.3, un horizonte desalentador.

Esta labor noble y humana calificada como informal, encontró las puertas cerradas en el régimen imperante, que los excluyó y los marginó. Ellos se han puesto a trabajar fuera del sistema, desconocido la legitimidad de las leyes, de sus dirigentes y sus mandatarios, y al hacerlo son sancionados con desalojos por el cartel mafiosos en alianza y complicidad con la Alcaldía de Medellín. Que hoy son presentados como venteros regulados y no regulados por la mafia corrupta de la ciudad.

Toda la alianza criminal es concertada y planificada desde el piso 5 del centro comercial El Palacio, por ahí desfilan toda clase de funcionarios y personajes con las intenciones más dañosas y mezquinas que puedan existir. En ese espacio se dirigen las políticas de inclusión o exclusión de venteros ambulantes, ese es el punto estratégico donde se administra y se reparten el espacio Público del centro de la ciudad de Medellín, hecho de público conocimiento, conocido sumamente bien por el señor Federico Gutiérrez al que se le ha informado, pero él omite investigar toda clase de denuncia.

Esta alianza estratégica se acompaña para la toma de decisiones, por una organización que revestida de legalidad agrupa a unos 1.700 venteros ambulantes, que pagan la suma de $5.000 mil pesos semanales por una supuesta administración (en otras palabras como se dice popularmente una vacuna) y, esto representa $34 millones al mes,  $408 millones anuales. Por la obtención de un espacio público, o caseta, el precio puede oscilar entre $300 mil pesos a $1.5 millones, dependiendo su avaluó,  la calle, la carrera, el flujo de peatones  y el producto a vender (hay productos que tienen preferencia y espacios o casetas que son arrendados). Se calculan que son alrededor de 25 mil venteros informales en la comuna 10.

Dentro de la administración municipal, el Espacio Público es otorgado al partido político de la U (partido que ocupa el primer puesto en actos de corrupción en el país), que estratégicamente ubica una ficha clave en el puesto de inspector de espacio público, quien es el que otorga el concepto positivo de ubicación, de preferencia, al ventero informal que pago (o en otros casos a un particular que puede comprar puestos y contratar trabajadores sin las garantías legales) venteros que fueron  referenciados por la organización que los agrupa, y como una segunda exigencia y aprovechando su necesidad o interés le exige la militancia y el  voto para el partido político que ello digan.

Pero para el control total del organigrama criminoso y corrupto, de los intereses económicos, cumplir con los compromisos pactados y pagados, la administración municipal contrata figuras en los puestos claves de regulación de los venteros ambulantes de espacio públicos y contrata familiares y amigos cercanos al Inspector de Espacio Público todos pupilos (hijos) que manejaba muy bien este negocio corrupto.

Y para los que no están afiliados a este negocio corrupto y criminal, los venteros no regulados, ellos que son libres y revolucionarios al sistema, el castigo es la exclusión, la persecución, la incautación de los productos, las sanciones pecuniarias, la calificación de criminales y por último el desalojo forzado.

Todas estas líneas de denuncia son dedicadas a los venteros informales desalojados injustamente  por la administración de Federico Gutiérrez, y aquellos defensores de derechos humanos que han tenido el valor de denunciar, cumpliendo con su misión de velar por la protección de la población más vulnerable en esta relación social, con la esperanza que las autoridades competentes investiguen y sancionen estos actos de corrupción.


Por falta de garantías de seguridad se hace esta denuncia como anónimo, pero se informa que en la investigación realizada arroja nombre, y se identifican personas de forma concreta.

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